Por si no hubiera suficiente con los millenial, ¿otra generación? Pues sí, la ya conocida como generación Z. La generación que está cambiando las reglas del marketing digital, y a la que hay que estar verdaderamente atenta. ¿Pero, qué es la Generación Z?
Efectivamente, no es la que se crió viendo Dragon Ball, sino que son todas las personas nacidas entre los mediados de los 90 (si bien aún no existe un acuerdo general sobre las fechas límites de esta generación), así como los nacidos a principios de la década del 2000 y hasta el año 2010 (algunos consideran que hasta la actualidad). También son conocidos como “nativos digitales”. El término “nativo digital” fue invención del autor estadounidense Marc Prensky, en el año 2011; en él los describía como aquellas personas que habían crecido con la red y el progreso tecnológico, y lo que esto implicaba. La Generación Z.
¿Pero por qué son importantes?
Veamos. Esta generación ha crecido con la tecnología desde sus primeros pasos. Han nacido y evolucionado con una pantalla en la cara (y si no, se la han puesto sus padres), literalmente, por lo que están totalmente inclinados al mundo virtual. Se manejan en internet como máquinas, pasando más de tres horas de media al día frente al ordenador/tablet/Smartphone, en actividades no relacionadas con sus labores escolares o trabajos.
Les gusta aprender por su cuenta, son creativos, innovadores y están sobreexpuestos a la información. Muchos de ellos tienen un alto concepto social (punto a favor) y adoran las redes sociales.
Actualmente, muchos de ellos no tienen poder de compra o adquisitivo, pero lo tendrán. Son el futuro, además, en la actualidad son la generación que abarca mayor población: en torno al 26% de la población mundial, un 21% en España.
Por tanto, ¿cómo podemos vender a la Generación Z?
Conociendo sus gustos y necesidades, por dónde navegan, quiénes son sus referentes, por dónde van sus tendencias favoritas y cómo se comunican. Todas ellas serán condiciones necesarias para poder establecer una comunicación comercial con ellos. Hay que implicarlos, atraerlos.
Atacando a la imagen, otra de sus debilidades. Un mensaje visual, que se adapte perfectamente a todos los dispositivos (son expertos en multipantalla) y concebido para que despierte su necesidad de saber más, y de hacerlo como propio.
Las experiencias. Se trata de un consumidor cada vez más informado y que cada vez guarda menos fidelidad a una empresa o compañía y, para lograrla, el uso de personas reales puede ser un valor crucial y decisivo. La creatividad es un punto esencial a la hora de crear historias para un público deseoso de vivencias. La Generación Z prefiere vivirlo a que se lo cuenten y su experiencia con la marca empieza antes de su consumo.
Por último, debemos invertir en responsabilidad social. Una visión que no todo el mundo posee, aún menos en un mundo donde prima el dinero, y que cada vez adquiere un mayor valor. La generación Z quiere que las empresas sean responsables con las personas y con la sociedad; su interés por las cuestiones sociales y la implicación de las marcas y empresas con este aspecto, es algo que puede marcar la diferencia.
“El futuro de los negocios, es social” . Barry Libert, CEO de Mzinga